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lunes, 5 de julio de 2010

Festival de cine erótico de Barcelona



EL IX FESTIVAL DE CINE ERÓTICO DE BARCELONA contado por una de sus azafatas ...

Cuando me propusieron trabajar de azafata en el Festival Internacional de Cine Erótico primero dudé, pero cuando me aseguraron que no tenía que trabajar desnuda sino con mini-falda (como en todas las ferias), acepté.

En el momento de abrirse las puertas de la feria erótica era, al menos aparentemente, como todas. Es decir, todo estaba inacabado, nosotras, las azafatas todavía despistadas y preguntas de “¿Quién ha visto las tijeras?”; ¿Tú sabes donde dejamos aquella caja?”; “¿Dónde diablos está el enchufe de la nevera?” condimentaban el aire entre expositores ajetreados en busca de sus stands mientras los primeros visitantes ya invadían los pasillos, dejando las primeras huellas en la moqueta. Y con las primeras exclamaciones de los curiosos ya se notaba que aquello no era otra feria aburridilla: comentaban los tamaños de los vibradores; de los pechos "blow-up" de la primera starlet que se puso a firmar autógrafos o de la telearaña formada por brazos, piernas y pollas en una orgía que se proyectaba en el video-wall de uno de los stands y era cuando empezaba a notarse que aquí “El Producto” era ... ¡SEXO! Sexo en todas sus formas, tamaños, variantes, edades, colores y estilos. Pero cuando arrancó realmente el circo y la diversión fue cuando las chicas se pusieron a firmar autógrafos a los fans. Porque entre ellas se animaban y competían en quién llevaba más de cráneo a los presentes. Y como seguramente es imposible hacerse actriz porno sin ser exhibicionista. Muy exhibicionista, diría yo ... Porque en el stand de International Film Grup, el que se había traído a más chicas, se armaban unos follones gordísimos cuando todas sus actrices se ponían “en forma”. Nina Hartley, una veterana actriz muy divertida, y otras como Shayla LaVeaux, Kylie Ireland, María de Sánchez y Dalila montaban unos numeritos que ponían los tíos al borde del infarto. Como orgías lesbianas, divertidísimas porque se notaba que se lo estaban pasando en grande.

En el de Private estaba Tanya Russof y Gabriella Bond, impresionantes las dos, pero menos atrevidas que otras, como por ejemplo, Sabina, popularísima por hablar español y darle a todos y cada uno de sus fans su merecido.

De hecho, en cualquier stand, las chicas repartían besos, abrazos, fotos dedicadas y metían los pezones en boca de algún admirador especialmente guapo ...

Uno de los stands más populares fue el de “Proyecto X”, una agencia de actores y actrices porno. Y os juro que mostraban sus talentos muy a fondo. Helena Kramer, una rubia pequeña, se solía poner en el mostrador y enseñaba de todo a todos y de vez en cuando se montaba un trío cuando un chico se tiraba a una chica mientras ella le hacía una mamada a otro. Los ojos de los visitantes se salían de las órbitas.

Y para bestia, ¡los shows en la carpa! Porque algunas de las chicas invitaba a subir a voluntarios y se los tiraba allí mismo, en el escenario. ¡Una lo hizo con cinco chicos! (Porque en eso también competían entre ellas, las chicas). O el show de Jeanna Fine, invitada especial al Festival y simpatiquísima, cuando se duchó enterita con cerveza Mahou directo de la lata. Cicciolina, en cambio, era más modosita a pesar de ser la más famosa. (Por pionera en eso del porno, claro, porque no era, desde luego, la más guapa).

Un día, creo que el sábado, hubo un fotógrafo que se paseaba en pelota picada por los pasillos, sólo con el objetivo. Cuando le pillaron los de seguridad (unos tiarrones buenísimos, por cierto) se sorprendió mucho. Digo yo que se habrá dicho que con tanta gente con pelotas y tetas al aire, qué más daba. (Eso sí, con el calor que hacía, posiblemente era ese el traje de faena más adecuado, porque el aire acondicionado no funcionaba).

En el stand de JP Multimedia tenían un aparato llamado “Orgasmotron”, para chicas, y por la carita de placer que ponía la actriz sueca Linda Thorén cuando lo probaba, aquello era una gozada de las nuevas tecnologías.

Hablando de gozada, ¡los dibujos de Luis Eduardo Aute¡ Fue lo que más me gustaba -a mí- de lo expuesto en la galería de arte. Muy bonitos. Eróticos pero sutiles. Y me decepcioné mucho cuando supe que él no podía venir porque tenía gripe. A quien sí saludé fue a Juanma Bajo Ulloa, el director de “Airbag”. Era divertidísimo y se dejaba mimar a gusto por las chicas en general y por una actriz española que se llama Candela, muy en particular me parecía a mí. Y Luis García-Berlanga, el Presidente del Jurado, me saludó. (Era encantador, muy caballero).

Por cierto, la ganadora del II Concurso de Arte Erótico Josep Blanc fue (¡por supuesto!) una chica, Marta Barceló, por una futurística escultura (¡rarísima!, diría yo) llamado “Coño Galáctico” y “Don Cipotón”. Según me contó José María Ponce, el director del Festival, cuando el Jurado iba evaluando todas las obras expuestas para buscar los finalistas, su entusiasmo ante aquello era unánime. Cosas del arte ...

Y, hablando de personajes masculinos, ¡Rocco Siffredi!. Vino con su mujer, Rosa, pero la verdad es que no estaba nada mal. Pero de los actores españoles que más me molan ya sé que los míos son Toni Ribas (por guapo, a pesar de que está encoñadísimo de su novia, Sophie), Nacho Vidal (por cachas y por invitarme siempre a copas) y Max Cortés (porque me da la gana, ¿vale?). A los periodistas de National Geographic, en cambio, les hacía mucha más gracia Holy One, el enano, porque no paraban de dispararle fotos.

De los directores porno el más cachondo era, seguro: Luca Damiano. Eso sí, muy porno lo suyo. Comprobaba el solito el culo y las tetas de actrices como Lea Martini y si me descuido me comprueba hasta a mí. Hans Moser, uno de los más prestigiosos, me besó la mano y Backey Jakic era guapo pero parecía más tímido. (Aunque de timidez, en esta feria, no hubo mucha, que digamos ...).

La ceremonia de gala, la entrega de premios, fue memorable. Por aquellas anécdotas que casi siempre pasan en todos los eventos. Las limousinas de las famosas se atascaron (llovía, jugaba el Barça y empezaba el concierto de U2 ... ¡todo a la vez!) pero cuando por fin llegaron a Atarazanas los fotógrafos se volvían locos disparando flashes porque las actrices estaban impresionantes con sus trajes y pisaban la moqueta roja como auténticas princesas (con perdón...). Sobre todo Helena Duval, una holandesa muy famosa, y Jeanna Fine que vestía un traje de infarto, de látex y cadenas. (Muy poco de cada cosa, claro).

Una que no vino a recoger su premio fue la Mejor Starlet Internacional, Linda Thorén, porque habían intentado tanto guardar el secreto de quienes eran los ganadores que ella no se enteró y no vino a cenar porque su invitación se extravió... Al día siguiente hicieron una divertidísima entrega de premios extra, en el bar de VIP’s, sólo para ella. Emocionada recibió la estatuilla y se puso el tanga del Festival entusismando a los fotógrafos, claro.

Pobres fotógrafos, por cierto. Trabajaban a destajo, desgastando los dedos en el disparador porque jamás habían visto tanta teta-y-culo junto y al descubierto. Y cuando venían de la carpa, donde se hacían los shows, algunos parecían como si les hubieran intentado ahogar en la piscina. A un par les dí unas camisetas del Festival porque las suyas estaban totalmente mojadas. Eso sí, ¡se reían mucho!

A donde no podían ir ellos fue a nuestra fiesta, la especial que hicimos el domingo por la noche, en un club de la Plaza Real. Y suerte de eso, porque allí si que nos desmadramos todos. Las actrices, los de seguridad, los de la organización, los actores... ¡y yo! Pero primero me aseguré de que me vayan a contratar para el año que viene ... ¡porque yo eso no me lo pierdo!

Araceli B.

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